El workcation está creciendo y aprovecharlo podría impulsar tu negocio

Un creciente número de emprendedores están volteando a ver a otros fundadores y buscando ubicaciones aisladas en las que pasar un fin de semana para resolver los grandes problemas de sus empresas.
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Christina Stembel tenía una lista de 70 cosas pendientes y nada de tiempo para terminarlas, así que en 2018 decidió eliminar todas las distracciones. Rentó una cabaña de Airbnb en Ojai, California, con servicio telefónico limitado, y planeó pasarse fin de semana entero, sola con su trabajo. Le comentó su plan a otra fundadora que conoció en un evento de Ernst & Young y decidieron hacerlo juntas. La otra chica invitó a una amiga, y considerando esto, Stembel pensó que su tiempo en ‘aislamiento’ iba a terminar siendo una pérdida de tiempo, teniendo que socializar con las dos mujeres.
Pero cuando se instalaron en la cabaña, Stembel descubrió un beneficio inesperado. Las tres dirigían empresas que creaban bienes tangibles y generaban millones de dólares en ganancias: Stembel fundó Farmgirl Flowers, que envía ramos florales de fuentes éticas en Estados Unidos, y se le unió Ellen Bennett, de Hedley & Bennett, fabricante de uniformes premium para chefs, y Chelsea Shukov de Sugar Paper, un negocio de papelería de alto nivel.
En la cabaña comenzaron a compartir experiencias e información, y pronto cambiaron la idea original que tenían de ese viaje. No terminarían sus listas de pendientes sino que se ayudarían entre las tres con los retos que cada una tenía en su negocio. “No regresé pensando ‘wow, hice muchísimas cosas’” dice Stembel. “Regresé pensando: ‘Wow, ahora veo las cosas de manera totalmente diferente’”.
Hoy en día, las tres recuerdan con cariño ese fin de semana como una workcation (work+vacation), un término que se ha utilizado en los últimos años como el momento prefecto de revisar correos junto a una alberca con una copa de vino en la mano, documentándolo en Instagram para demostrar tu #compromiso y #dedicación. Pero hay una nueva clase de emprendedores como ellas, redefiniendo el concepto y poniéndolo de moda bajo una nueva lupa. Este tipo de workcation es una forma de enfocarte exclusivamente en problemas importantes de las empresas, promoviendo la creatividad para que regreses a casa con una visión fresca y clara de cómo manejar tu empresa.
Según algunos expertos que han analizado esta tendencia, este tipo de escapadas tienen un valor psicológico genuino, tanto para los emprendedores como para sus negocios. Por ejemplo, un workcation puede impulsar la creatividad sumergiendo a la gente “en un ambiente diferente de pensamientos, emociones, percepciones y objetivos” dice Wilma Koutstall, profesora de psicología en la Universidad de Minesota y coautora del libro Innovating Minds: Rethinking Creativity to Inspire Chang. Según esta experta, el efecto de un grupo pequeño, combinado con un buen escenario y pocas distracciones es una combinación poderosa.
El workcation también empieza a tomar diferentes formas, desde lo íntimo hasta lo organizado profesionalmente. La organización Project Getaway elige a 16 emprendedores para participar en una sesión de un mes de coworking, conviviendo juntos y haciendo lluvia de ideas, por lo general en Bali. Sunny Office reúne emprendedores para estancias cortas en Europa, y Nomad Pass ofrece “retiros para startups” estilo Airbnb, en casas ecológicas en Santa Cruz, California o en lujosas casas de árbol en Phnom Penh, Cambodia.
Joshua Jordison, fundador de una firma de administración y consultoría en Los Angeles, ha convertido la tendencia en un evento anual. Hace algunos años, junto a varios amigos emprendedores, empezaron a rentar una cabaña en el lago Arrowhead en California, para hacer lluvia de ideas. Esto lo llevó, junto a su amigo Wesley Chapman, a pensar que hacían falta más conferencias en atmósferas íntimas, así que en 2017 lanzaron The Human Gathering, un retiro anual de tres días para emprendedores que se enfoca en la colaboración y la interacción. Unas 100 personas asisten cada año, y Jordison dice que funciona porque lo fragmentan en grupos pequeños. Los invitados suelen decirle que conocieron a sus co-fundadores en uno de sus retiros.
Pero para la mayoría de los emprendedores, un workcation tiene que ver con combinar ingredientes simples: una ubicación aislada, emprendedores, y las ganas de pensar en grande. “Elige a tus compañeros con cuidado” aconseja Melissa Cassera, consultora que recomienda este tipo de retiros. “Debe ser gente que te inspire, gente a la que respetes y admires. Gente que te haga pensar, que te haga decir: ¡Por Dios! Cada vez que nos reunimos salgo con miles de ideas, ¡los amo!”
A Stembel, Bennett y Shukov les fue tan bien en su primer workcation que decidieron hacerlo una o dos veces al año. Para su segunda reunión, llegaron preparadas para discutir sus mayores retos de 2018. “Dijimos: ‘lo pondremos todo sobre la mesa mientras abrimos una botella de vino’” dice Stembel. “‘Lloremos si hace falta, saquémoslo todo. Así podremos avanzar en la mañana’”.
Para Stembel, la fundadora de la empresa de flores, 2018 había sido un año terrible: tuvo que lidiar con una demanda y pasó cientos de horas tratando de reunir dinero sin éxito. Las otras dos mujeres también habían tenido un par de años complicados. Bennett había tenido problemas con unas nuevas contrataciones que no encajaban en la cultura laboral de la empresa y Shukov había intentado abrir su propia fábrica de papelería pero tuvo que cerrarla por problemas administrativos.
La mañana siguiente, las tres mujeres se levantaron listas para pensar en soluciones. Cubrieron la cabaña entera, refrigerador incluido, con papel blanco. Primero se enfocaron en Farmgirl Flowers, buscando formas alternativas de hacerla crecer sin grandes inversionistas (como usar las ganancias para abrir centros de distribución). Cuando les tocó el turno a las otras dos, se dieron cuenta de que estaban gastando demasiado dinero en marketing sin ver un retorno de inversión. Stembel ofreció una solución: ella había sacado provecho de sus redes sociales logrando que su propio personal manejara las campañas sin contratar una agencia externa.
Más tarde, empezaron a discutir sobre los puntos ciegos de las otras, diciéndose las verdades dolorosas a la cara. Stembel aprendió que ser tan directa podría estarle causando problemas con los inversionistas y decidieron mejorar su estilo de comunicación. “Ayudó que fuera una retroalimentación honesta y sincera de gente que se preocupa por ti y que ha pasado por cosas similares” dice.
Cuando las chicas regresaron a sus oficinas, pusieron manos a la obra. Stembel paró sus esfuerzos para reunir capital y se enfocó en el crecimiento anual, reformando sus procesos. En Hedley & Bennett, la empresa de equipo gastronómico, Bennett asignó fondos a áreas que generaban más ganancias, estaba inspirada después de ver las proyecciones financieras de sus amigas. Y Shukov, de Sugar Paper, decidió implementar una de las ideas de Stembel: poner objetivos por trimestre para cada departamento. “Ahora vemos cómo el negocio llega a números inesperados, porque estamos poniendo la misma importancia en proyectos complementarios que la que tenían los objetivos financieros”.
Y el impacto sigue creciendo. Conforme otras emprendedoras escuchan sobre el workcation de estas tres mujeres, se han inspirado para organizar los suyos. Stembel dice que ahora la invitan muchísimo, y le encanta. “Es difícil llegar con alguien y decirle ‘oye, sé que hiciste esto para tu empresa, ¿me podrías enseñar cómo? Pero hay muchas cosas que son similares para todos, problemas a los que nos enfrentamos todos. Y nos podemos ayudar entre nosotros” dice.