La estética dentro del arte cinético – Claudio Antonio
Cuando estudiamos la belleza de la naturaleza de las obras de arte e involucramos el análisis de la perspectiva a la cual el pintor realizó su trabajo y lo que quería transmitir a través de cada trazo, estructura y simbolismo, podemos indicar que estamos apreciando la estética de la obra (y esto dentro del arte es sumamente valioso).
La estática la podemos definir como el análisis de la naturaleza y la belleza por parte de los individuos, los cuales pueden estar estrechamente relacionado con las artes. Su nombre deriva del latín moderno aestheticus, y también del griego aisthētikós que significa “percepción o sensibilidad” a través de los sentidos.
Cuando se valora una obra de arte como “bella” o “sublime” el crítico debe utilizar sus conocimientos sobre el arte y emitir su juicio estético. A su vez, el concepto de estética ha evolucionado con el tiempo y se han dividido en varias corrientes, algunas de ellas pueden ser los siguientes:
- La estética clásica: Fue un concepto desarrollado durante la Antigua Grecia, en especial cuando estaban los romanos. Allí se desarrolló el fundamento de las nociones futuras de lo bello en Occidente. Para ellos, lo bello, lo bueno y lo verdadero eran una sola cosa, y su naturaleza tenía que ver con la mesura, la armonía, la justicia y la adecuación al ideal de una época.
- La estética medieval: Este tipo de corriente nació durante el Medioevo, donde fue una época mayoritariamente religiosa en Occidente, en la que el pensamiento cristiano imperó por encima de los demás. Así, el concepto de belleza tenía que ver con los valores fundamentales cristianos: la fe en Dios, el sacrificio, la pasión y la pureza, o sea, con la moral más que con las apariencias.
- La estética moderna: Se desarrolló durante el Renacimiento, cuando se rompió con la tradición cristiana y reivindicó lo clásico en el marco de las ideas del humanismo y la Ilustración, para quienes pensaban a la razón como un concepto central. Las ideas de belleza de la época se atribuían a lo planificado, lo estructurado, lo simétrico y lo armónico. Se pensaba a la belleza a partir de la perfección y el orden, sin dar espacio a la extravagancia o la desproporción.
Bajo este concepto, el arte cinético también se levanta y a su vez crea una percepción de la estética según el color, forma de la estructura y armonía, que juntos hacen un espectáculo para la vista de las personas.
Entre las características propias de la estética, el arte cinético abarca varias que permiten que pueda entrar en armonía, algunas de ellas son las siguientes:
- Cualidades sensoriales: El arte cinético permite que las personas que lo observen tengan una experiencia sensorial, ya que el artista puede hacer que un objeto sea agradable a los sentidos (por ejemplo, su textura, sus colores, su brillo o su timbre).
Además, estas cualidades se perciben mediante los sentidos y, según quién las experimente, varía el placer que producen. Por ejemplo, si una obra cinética permite que la persona pueda atravesarla, entonces garantiza una experiencia sónica y táctil.
- Cualidades formales: Esto se encuentra conformado por el modo en que en el objeto se combinan los elementos que lo componen, o la relación que puede percibirse entre ellos. Por ejemplo, dentro del arte cinético se conforma por formas y colores, si estos unidos tienen armonía entonces puede tener este tipo de cualidades.
- Cualidades vitales: Refieren al contenido existencial o vivencial de un objeto, es decir, a las ideas que evoca, a los sentimientos que transmite o a las vivencias que recupera. Un ejemplo de ello, es cuando los artistas reflejan parte de su historia o experiencias en cada obra.