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El estremecedor arranque del nuevo libro de Tenembaum sobre Javier Milei

01 septiembre de 2024

«Milei, una historia del presente», es el nuevo libro de de Ernesto Tenembaum (Planeta, 2024).

El sitio Cenital public un fragmento de la Primera Parte del libro, intitulado «La Furia».

A continuacin, el fragmento:

«Quiero que te enojes»

(septiembre de 1976)

Durante ms de una dcada, Howard Beale fue uno de los presentadores de noticias ms populares de los Estados Unidos. Hasta 1969, cuando su estrella comenz a declinar, era conocido como «El seor de las Noticias». Por entonces, muri su esposa. Qued viudo y sin hijos. Sus ratings empezaron a decaer. Se volvi un hombre hosco, ermitao, y se desliz progresivamente hacia el alcoholismo. El 22 de septiembre de 1975 le anunciaron que le quedaban solo dos semanas al aire. Esa noche fue a beber hasta emborracharse con su buen amigo y compaero de toda la vida, Max Schumacher, director de Noticias del canal, y quien le haba transmitido que quedara fuera de la programacin. La vida de Beale dara un vuelco inesperado.

En el programa siguiente, antes de ir a un corte, Howard dijo como si tal cosa:

—Quera anunciarles que en dos semanas me retirar debido a los bajos ratings Este programa es lo nico que me mantiene en esta vida, as que he decidido suicidarme en vivo Voy a volarme la tapa de los sesos el prximo martes a esta hora.

Rpidamente, sus palabras resonaron en otros medios. El seor de las Noticias se volara la tapa de los sesos al aire. Las autoridades del canal estaban furiosas. Beale les rog que le concedieran unos minutos finales para despedirse, despus de tantos aos. Se lo concedieron a cambio de que se limitara a una despedida formal, sin ningn agregado.

l acept las condiciones, pero incumpli lo pactado.

«Buenas noches. Ayer anunci que me iba a suicidar en pblico. Fue un acto de locura. Les dir lo que me pas. Me cans de las mentiras. Con las mentiras nos ayudamos a sobrevivir. Si no podemos pensar en las propias, siempre tenemos las mentiras de Dios. Dolor, humillacin y ruina. Mejor que haya alguien en alguna parte que lo sepa. La vida es una porquera. Si hay alguien que puede mirar alrededor del loco mundo en que vivimos y decirme que el hombre es una noble criatura, cranme, est diciendo mentiras. Estuve casado treinta y tres aos Fue todo un fraude, una mentira. As que no me queda ninguna mentira. Se me terminaron».

Las autoridades lo despidieron inmediatamente En la volteada tambin cay su buen amigo Schumacher, quien haba impedido que sacaran a Beale del aire, abruptamente, en medio de su catarsis.

Y entonces llegaron las mediciones de audiencia.

La persona que ms insisti en que Beale volviera al aire fue una elctrica y bella ejecutiva llamada Diana Christiansen. Sus argumentos se conocieron mucho despus: «Habamos encontrado una mina de oro. Habamos tenido una cobertura en la prensa que no hubiramos pagado ni con un milln de dlares. El programa sum entre 20 y 30 millones de televidentes en una sola noche. Beale estaba diciendo lo que senta cada norteamericano. Estbamos cansados de las mentiras. l articulaba la rabia de todos!».

Los ejecutivos del ms alto nivel sostenan que era una irresponsabilidad poner a un loquito en la televisin nacional.

Ella responda: «Veo a Howard Beale como una figura mesinica vituperando contra la hipocresa de estos tiempos. Un predicador al desnudo que tendr un xito fenomenal. Estoy hablando de US$ 130.000 por minuto».

Triunf la posicin de Laura.

Haba nacido una estrella.

Beale se transform de verdad en un profeta. El rating creca y creca. Lo trasladaron a un estudio enorme. Habilitaron espacio para que el pblico se sentara en las gradas. Era imparable.

Mientras esto ocurra, Howard se pona cada vez ms raro. Fuera de las cmaras tambin hablaba como un profeta, como quien tena una misin. Despus se supo que, por la noche, oa voces. Max, su buen amigo, intent detenerlo. Tema que Howard fuera camino a la locura, que el juego de la televisin terminara por destruirlo.

El programa ms recordado de Beale se emiti dos meses despus del anuncio de aquel despido. Fue espectacular. Howard hizo un monlogo que sera recordado durante mucho tiempo. Fue la expresin ms genuina de la bronca que recorra a la sociedad norteamericana en esos tiempos.

As arranc:

«No hace falta que te diga que las cosas estn mal. Todos saben que las cosas estn mal. Es una depresin. Todo el mundo est sin trabajo o tiene miedo de perderlo. El dlar compra una moneda de cinco centavos, los bancos quiebran, los comerciantes guardan un arma bajo el mostrador. Sabemos que el aire no es apto para respirar y nuestra comida no es apta para comer, y nos sentamos a mirar la televisin mientras un presentador de noticias local nos dice que hoy hemos tenido quince homicidios y sesenta y tres crmenes violentos, como si as debiera ser…».

Las imgenes de ese momento mostraban a Beale casi fuera de s. Estaba despeinado, atribulado, mal vestido, ojeroso, evidentemente mal dormido.

En el medio de su discurso, se puso de pie y empez a gritar.

«Sabemos que las cosas estn mal, peor que mal. Es como si todo en todas partes se estuviera volviendo loco. Nos sentamos en la casa y poco a poco el mundo en el que vivimos se hace ms pequeo y todo lo que decimos es: ‘Por favor, al menos djennos en paz en nuestras salas de estar’. Djame tener mi tostadora, mi televisor y no dir nada. Bueno, yo no te dejar en paz Quiero que te enojes! No quiero que te rebeles, no quiero que le escribas a tu congresista porque no sabra qu decirte que escribas. No s qu hacer con la depresin, la inflacin, los rusos y la delincuencia callejera. Lo nico que s es que primero tienes que enojarte».

Y entonces, se produjo ese momento mgico.

«Tienes que decir —gritaba el presentador—: ‘Soy un ser humano, maldita sea! Mi vida tiene valor!’. Entonces, quiero que todos ustedes se levanten de sus sillas. Quiero que te levantes ahora mismo y vayas a la ventana. Abrila, asom la cabeza y grit: ‘Estoy muy enojado y no voy a soportar esto!'».

Max vea la escena con enorme tristeza, desde su living, acompaado por su familia En un momento, su hija se levant del silln.

Beale segua:

«Las cosas tienen que cambiar. Pero primero tienes que enojarte!… Tienes que decir: ‘Estoy muy enojado y no voy a soportar esto!’. Luego descubriremos qu hacer con la depresin, la inflacin y la crisis del petrleo. Pero primero levntense de sus sillas, abran la ventana, saquen la cabeza, griten y digan: ‘estoy enojado y no voy a soportar ms esto!'».

Cuando la joven abri la ventana, l pudo escuchar los gritos de decenas de vecinos:

«Estoy muy enojado! No voy a soportar esto!».

Cada vez eran ms.

«Estoy muy enojada! No vvvoy a ssssssoportar esssto!».

Y ms. Y ms. Y ms.

A los cinco minutos, su propia hija gritaba a voz en cuello: «Estoy muy enojada! No voy a soportar esto!».

La historia que antecede no ocurri en la realidad. Es la trama de Network, una maravillosa pelcula estrenada en 1976, que gan varios premios Oscar. El actor que interpretaba a Howard Beale era Peter Finch. La coprotagonista, esa ambiciosa ejecutiva dispuesta a hacer cualquier cosa por el rating, era Faye Dunaway.El monlogo del protagonista es recordado por los cinfilos como el «Mad as hell monologue», algo as como el «monlogo del desquiciado».

Casi cincuenta aos despus del estreno de esa pelcula, una historia similar se desarroll en la Argentina. Su protagonista —el «articulador de la rabia de todos»— arranc, como Howard Beale, en un set de televisin. De ah salt a la poltica y, en apenas siete aos, asumira la presidencia del pas y se transformara en una especie de celebridad mundial. Si se prorratearan los logros que obtuvo por el tiempo invertido, tal vez se trate de una de las carreras polticas ms exitosas en la historia de la humanidad.



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