Aumentar la oferta pública puede moderar las subidas de precios en mercados tensionados y mejorar el acceso a la vivienda para jóvenes y colectivos vulnerables. Su impacto dependerá, en gran medida, de la velocidad de aplicación y de a la coordinación entre administraciones.

La pregunta no es sólo si es buen momento para invertir, sino cómo, dónde y con qué horizonte hacerlo. Porque, incluso en un mercado complejo, quien actúa con conocimiento y criterio puede seguir encontrando valor donde otros solo ven ruido.