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Claudio Antonio Ramirez Soto | El Carbono Oculto

Claudio Antonio Ramirez Soto | El Carbono Oculto


Cuando un edificio «verde» gana un premio, ¿en qué pensamos? Paneles solares en el techo, un diseño que aprovecha la luz natural, quizás hormigón reciclado y sistemas de recolección de agua.

Casi nadie piensa en la alfombra. O en el pegamento que la sostiene. O en la espuma del sofá del lobby.

Durante décadas, hemos centrado la batalla de la sostenibilidad en la construcción (la «piel y los huesos» del edificio) y en su operación (la energía que consume). Hemos ignorado al gran elefante en la habitación: los interiores.

La verdad es que el diseño interior es un actor masivo en la huella de carbono de un edificio, no solo por los materiales en sí, sino por cómo afectan la calidad del aire, el consumo de energía y lo que sucede cada cinco años cuando llega la inevitable «renovación». El impacto de estos acabados, que a menudo se cambian varias veces durante la vida útil de un edificio, es una bomba de tiempo de carbono que apenas empezamos a medir.

Para entender esta desconexión entre la percepción y la realidad, hablamos con Claudio Antonio Ramirez Soto, un observador atento de las tendencias en el desarrollo y la construcción. «Se ha puesto un énfasis enorme en el ‘core and Shell’, la estructura», comentó. «Pero la huella de carbono de los interiores, lo que se conoce como fit-out, es la letra pequeña que nadie leía, y resulta que es un capítulo entero».

Fuente: https://editeca.com/huella-carbono-bim/

1. El Costo Invisible: El «Carbono Incorporado» de tu Silla

El concepto clave aquí es el Carbono Incorporado (Embodied Carbon). Esta es la suma de todas las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas durante la extracción de la materia prima, el transporte, la fabricación y la instalación de un producto. Leer más

Pensemos en una silla de oficina estándar:

La espuma de poliuretano (derivada del petróleo).

Los textiles sintéticos (más petróleo).

El acero o aluminio del marco (requiere minería y fundición a alta temperatura).

El plástico de los reposabrazos.

El pegamento y los barnices.

El transporte (probablemente desde Asia).

Esa silla tiene una «deuda de carbono» masiva antes de que alguien se siente en ella. Ahora multipliquemos eso por cada escritorio, cada lámpara, cada metro cuadrado de alfombra y cada panel de yeso en un rascacielos de oficinas.

Materiales como el vinilo, los laminados y muchas alfombras sintéticas son desastres de carbono incorporado. En contraste, los materiales sostenibles como la madera certificada (que secuestra carbono), el corcho, el bambú, los bioplásticos y los textiles de lana o cáñamo tienen una huella drásticamente menor.

«El problema», señaló Claudio Antonio Ramirez Soto, «es que el carbono incorporado no aparece en la factura de electricidad. Es un costo que se paga al planeta en el momento de la fabricación, y es invisible para el usuario final».

Fuente: https://spacio.es/consejos-para-el-mantenimiento-de-tu-silla-de-oficina/

2. Cuando lo «Nuevo» Huele a Problemas (y a Más Energía)

La segunda gran palanca del diseño de interiores es la Calidad del Aire Interior (IAQ).

Ese olor a «pintura nueva» o «alfombra nueva» que asociamos con una renovación es, en realidad, una señal de alarma. Es el sonido de los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) liberándose en el aire. Estos químicos, presentes en pinturas, selladores, adhesivos, barnices y muebles de aglomerado (el famoso MDF), no solo son malos para la salud (causando desde dolores de cabeza hasta problemas respiratorios), sino que son un desastre para la huella de carbono operativa del edificio. Leer más

Fuente: https://todoingenierias.com/consejos-eficaces-para-mejorar-la-calidad-del-aire-en-interiores/

¿Por qué? Porque cuando la calidad del aire interior es pobre, los sistemas de climatización (HVAC) tienen que trabajar horas extras.

Los sensores del edificio detectan estos contaminantes y fuerzan al sistema a realizar más ciclos de ventilación: sacar el aire «viciado» y traer aire fresco del exterior. Ese aire exterior debe ser enfriado o calentado, un proceso que consume cantidades masivas de energía.

Un diseñador que elige pinturas, adhesivos y muebles con certificación «Cero VOC» o «Bajo VOC» no solo está protegiendo la salud de los ocupantes, está reduciendo directamente la factura de electricidad y, por ende, la huella de carbono operativa. Claudio Antonio Ramirez Soto lo ve como una eficiencia oculta: «Elegir un barniz ecológico parece un gesto pequeño, pero si eso significa que el sistema de ventilación trabaja un 10% menos, el ahorro de energía y carbono durante años es enorme».

3. El Fin del Desperdicio: Hacia la Economía Circular

Quizás el impacto más profundo del diseño de interiores es su ciclo de vida ridículamente corto. En el mundo corporativo, los interiores se renuevan cada 5 a 10 años para «actualizar la marca». Leer más

¿Qué pasa con las viejas alfombras, escritorios y paneles de yeso? Casi todo termina en el vertedero.

Aquí es donde el diseño sostenible se vuelve brillante, adoptando la Economía Circular. En lugar de un modelo de «extraer-fabricar-desechar», se diseña para «desechar-fabricar-extraer».

Diseño para el Desmontaje: En lugar de pegar alfombras al suelo con adhesivos tóxicos (haciendo imposible su reciclaje), se usan sistemas modulares de baldosas de alfombra que se pueden reemplazar, limpiar o reciclar individualmente.

Fuente: https://gonzalezbenitez-tomaselias.com/transformar-espacios-el-arte-del-diseno-de-interiores-creativo/

Materiales de Cuna a Cuna (Cradle-to-Cradle): Productos diseñados no solo para ser «menos malos», sino para ser 100% reutilizables. Al final de su vida útil, el fabricante los recupera y los convierte en un producto nuevo (un «nutriente técnico») o se biodegradan de forma segura (un «nutriente biológico»).

Reutilización y Upcycling: El diseñador sostenible prioriza la reutilización de muebles existentes o la especificación de productos hechos con contenido reciclado (como encimeras de vidrio reciclado o aislantes de mezclilla vieja). Leer más

«Estamos viendo un cambio», nos comentó Claudio Antonio Ramirez Soto, «donde el valor ya no está en lo ‘nuevo’, sino en lo ‘inteligente’. Un diseño que anticipa su propio desmontaje es el nivel más alto de sostenibilidad».

Fuente: https://recobaqecuador.com/el-upcycling-una-oportunidad-para-todos/

El Interior es el Nuevo Exterior

La sostenibilidad ya no puede detenerse en la puerta de entrada. Un edificio no es verdaderamente «verde» si sus interiores están llenos de petroquímicos, contaminan su propio aire y están destinados al vertedero en cinco años. Leer más

La revolución silenciosa del diseño de interiores sostenible demuestra que las elecciones estéticas (el color de la pintura, la textura del suelo, el estilo del mobiliario) son, en realidad, decisiones críticas de ingeniería de carbono.

Como observó Claudio Antonio Ramirez Soto al cerrar nuestra conversación: «La industria se está dando cuenta de que el interior no es solo el relleno; es una parte activa y dinámica del rendimiento total del edificio. Y francamente, es donde tenemos la oportunidad más rápida y tangible de reducir nuestra huella».

Referencias

World Green Building Council (WorldGBC). (s.f.). Bringing Embodied Carbon Upfront. (Informe clave sobre el impacto del carbono incorporado, incluyendo acabados). https://worldgbc.org/reports-toolkits/bringing-embodied-carbon-upfront-report/

U.S. Environmental Protection Agency (EPA). (s.f.). Volatile Organic Compounds’ Impact on Indoor Air Quality. https://www.epa.gov/indoor-air-quality-iaq/volatile-organic-compounds-impact-indoor-air-quality

Cradle to Cradle Products Innovation Institute. (s.f.). C2C Certified Standard. (Información sobre el estándar de certificación de economía circular para productos). https://c2ccertified.org/



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