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Hernn Iglesias Illa: «Si Milei fracasa, las ideas de la sensatez macroeconmica pueden quedar desprestigiadas por una dcada»

Corazn y primeros comienzos

En el hilo de la vida de Hernn Iglesias Illa —licenciado en Comunicacin, escritor y editor— hay estancias, viajes largos, bibliotecas, quirfano a los diez aos y otro a los treinta y tres, blog en Nueva York que lo llev a un premio mayor y regreso a Buenos Aires para correr la aventura poltica desde adentro. Muchas historias, una misma vida. Todo de alguna manera llega al papel. Es autor de cuatro libros:Golden Boys en 2007,Miami en 2010,American Sarmientoen 2013 yCambiamos en 2016.

Hijo de un empleado de Peugeot y de una secretaria de Ford, quien tambin ense ingls, creci en La Horqueta en una casa ordenada y una mesa sin discusiones partidarias.

La poltica, en su historia familiar, aparece a travs de un abuelo entrerriano quien fue funcionario del primer peronismo. Se desempe como subsecretario de Marina Mercante, gerente general del tren Mitre, cuando fue estatizado por Pern, y convencional constituyente, entre otros cargos. El jefe poltico del abuelo era Juan Francisco Castro, primer ministro de Transporte de la historia argentina. «Cuando desplazaron a Castro, mi abuelo se jubil. l era ms bien nacionalista, pero con el tiempo se hizo peronista: al inicio del movimiento tena 40 aos, una edad comn en quienes terminaron sumndose. Nunca habl de poltica con l: muri cuando yo tena veintipico», recuerda Iglesias Illa.

La infancia que Iglesias Illa resume como «plcida» slo presenta una fisura: naci con una falla congnita en la vlvula artica; a los diez aos le corrigieron lo posible y, a los treinta y tres, ya en Nueva York, lo sometieron al procedimiento Ross. Fue una operacin doble: le reemplazaron la vlvula artica por la pulmonar, injertaron tejido nuevo y reforzaron la arteria con un tramo de aorta de titanio. Una ingeniera mdica que, como l mismo dice, le dio otra vida.

Su adolescencia ha quedado asociada al colegio catlico San Juan el Precursor, en San Isidro, provincia de Buenos Aires. Tardes de mucho ftbol y de lecturas sin solemnidad. «Era mitad de tabla. Ni de los mejores ni de los peores. Ni en el ftbol, ni en clase ni con las mujeres. Me las arreglaba. No sufra», repasa Iglesias Illa en conversacin conEl Economista.

Hernn Iglesias Illa es autor de cuatro libros:Golden Boys en 2007,Miami en 2010,American Sarmientoen 2013 yCambiamos en 2016.

Del aula terica al rigor deEl Pas

La eleccin universitaria no ofreci vacilaciones: «Siempre supe que quera ser escritor y periodista», asegura.

Eligi Comunicacin Social en la Universidad Austral, atrado por la novedad de una carrera que recin se inauguraba y alentado por un profesor de su colegio secundario que trabajaba all y haba hablado de esa posibilidad.

Despus vivi en Espaa tres aos donde hizo un mster en la escuela del diarioEl Pas en conjunto con la Universidad Autnoma de Madrid.

—De qu modo records ese momento de formacin profesional en Espaa? —le preguntaEl Economistaa Iglesias Illa.

—Profesionalmente, ha sido muy importante. El mster era como Karate Kid: primero aprend a hacer un breve; hasta que no lo escriba perfecto, no pasaba a la media columna; despus a la columna entera. Me dio rigor en la redaccin. EnEl Pas enseaban las reglas del diario y a trabajar all. Muy duro. Antes escriba en el aire, por momentos poco concreto. Eso me sirvi mucho: bajar a tierra, escribir rpido —responde.

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Iglesias Illa vivi en Espaa tres aos donde hizo un mster en la escuela del diarioEl Pas en conjunto con la Universidad Autnoma de Madrid.

Crnicas mochileras

Durante su veintena, Iglesias Illa descubri el placer de los viajes. Lanzarse a lo desconocido, querer conocer al mundo de frente, salir de lo que hoy se llamara la «zona de confort» y poder comunicar aquello que se vea. Sus viajes y recorridos, muchas veces con amigos como Lucas Llach —compaero desde el jardn, la primaria y la secundaria—, incluyeron destinos como Cuzco y Ro de Janeiro.

Con ese mpetu, escribi crnicas para «Viajesya.com», un portal del primer boom de Internet. Las notas circularon y, tambin, su madre las imprima y las guardaba en papel.

A travs de esa experiencia, conoci a Marcos Pea, quien junto a Quique Avogadro, haban viajado por Asia, lean las crnicas y queran sumarse al sitio. Hubo un asado de bienvenida para los cronistas de «Viajesya.com» y all empezaron a trabar relacin.

As como haba contado hoteles baratos y rutas interminables en sus diarios de viaje, aos despus volc esa misma pulsin narrativa enLa Agenda, revista digital del Gobierno porteo que cofund junto a Pablo Avelluto, que Iglesias Illa edit y que funcion como laboratorio editorial y tendido de puentes con periodistas y escritores.

Una vida familiar y una vida como hincha de River

En Buenos Aires conoci a Irina: una mujer rusa, quien entonces viva en Nueva York y vena del mundo del tango de Boston y de amistades en comn con Ivn Petrella. La relacin atraves distancias y tiempos, hasta que finalmente l se mud con ella a Estados Unidos en 2004.

La escena del pedido de casamiento qued registrada en su libroMiami. Turistas, colonos y aventureros en la ltima frontera de Amrica Latina, editado por Planeta en 2010: «Me mud a Nueva York y comenc a viajar una o dos veces por ao a Miami, donde me quedaba siempre en el departamento de un amigo. Una noche de marzo, en un restaurante de Espaola Way, una callejuela de South Beach con tejas rojas y paredes blancas, construida hace ochenta aos para simular una mini-Andaluca comercial, le pregunt a mi mujer si se quera casar conmigo».

Esta semana estn cumpliendo veinte aos de casados y han tenido un hijo, quien hoy tiene siete aos: Lev.

La cronologa personal de Iglesias Illa suma partidos de ftbol en Brooklyn, «gran modo de sociabilizar cuando se es inmigrante», dice. Y la pasin por River marca su vida. Esa devocin futbolera tambin ordena pertenencias y amistades, y se convirti en un inesperado gancho con Irina: ella, quien al principio desconoca esa parte de su carcter, qued sorprendida al descubrir cunto lo defina el ftbol.El amor y el ftbol nunca estn lejos.

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Hernn se mud con Irina a Nueva York en 2004.

Golden Boys: Luis Caputo en las pginas de un texto de culto

El tramo neoyorquino lo encontr entre 2004 y 2014 trabajando enThe Wall Street Journal Americas, mientras escriba colaboraciones para medios de la regin comoLa Nacin,Gatopardo yRolling Stone. Una librera de usados en la esquina de su casa le permiti ir armando una biblioteca de no ficcin como una caja de herramientas:Fast Food Nation, de Eric Schlosser;Low Life, de Luc Sante; los clsicos de Gay Talese y Joan Didion. Con esa materia prima present una propuesta al Premio Crnicas Seix Barral. Envi un captulo, gan el premio yuna suma de dinero que le permiti dejar el empleo,freelance lo justo y se concentr durante un ao enGolden Boys, una historia de los argentinos de Wall Street. «Fue un antes y un despus», dice Illa sobre el premio.

«Si los clichs de los 90 pudieran meterse en una foto de familia, ah estara la caripela del banquero argentino de Wall Street», escribe Iglesias Illa en Golden Boys. El libro, de nueve captulos, publicado originalmente en 2007 —ganador del primer Premio Crnicas /Seix Barral de la Fundacin Nuevo Periodismo Latinoamericano— y reeditado en 2017, perfila a traders y economistas rioplatenses —Daniel Canel, Pablo Calderini, entre otros— que hicieron carrera en bancos como UBS, J.P. Morgan y Deutsche mientras el mercado suba y caa.

El texto examina deuda y mercados emergentes con lupa narrativa, cruza crnica y sociologa sin estridencias. Retratos de costumbres, escenas de oficina, vida cotidiana. Se alterna zoom out sobre la poca —por qu Estados Unidos vuelve a mirar Amrica Latina— con zoom in sobre la tribu de los traders, trabajada con el «arte de frecuentar» de Gay Talese y un reporteo a protagonistas y voces laterales.

«Cuando haba que ser cnicos y desconfiados, los argentinos reinaban. Cuando lo ms importante era seducir clientes, contarles un chiste y palmearlos en la espalda, en un restaurante de Puerto Madero o en un teibol dance del Distrito Federal, los argentinos fueron los mejores de todos», escribe Iglesias Illa. La lectura devuelve el espejo argentino de una dcada que celebr juventud, movilidad y finanzas como si fueran destino. Illa escribe sin miedo sobre el lado luminoso y el oscuro de esos «golden».

—Llama la atencin cmo escribs sobre la bibliografa de tus lecturas al final de cada libro; lo hacs de un modo narrativo al explicar por qu cits a cada autor.

—Hay que mostrar todo y no contrabandear nada. Contarlo, explicar por qu gust. Esa es mi tcnica: honestidad total, con algo de oficio. Lo planteo como una conversacin.

—EnGolden Boys escribs: «La nueva generacin de traders puros estaba representada por Luis Toto Caputo, un joven economista de la UBA a quien incluso sus competidores recuerdan con admiracin: ‘Era el Pel blanco’, dice uno de ellos». Considers que esa caracterizacin fue acertada para el Caputo de aquel momento y tambin describe al actual, en este rol de ministro del gobierno de Milei?

—Siempre existi con Toto esa idea de que era un mago del mercado. Pero ms tarde se lo empez a ver de manera negativa cuando estuvo en el Banco Central. Muchos decan: un presidente del Central tiene que hacer poltica monetaria, no estar todos los das intentando ganarle al mercado. Eso le jug en contra. Injustamente, para m.

Su ofrecimiento como ministro en el gobierno de Milei fue un misterio absoluto, incluso para l mismo. En 2023, despus de las PASO, Milei lo llam para conversar y le dijo: «No le digas nada a nadie, vas a ser el ministro». A m tambin me sorprendi, porque Toto haba sufrido la gestin anterior. La exposicin en ese momento no lo haca pasarla tan bien.

Pero lo cierto es que a cualquiera que le digan «sos un genio» lo perjudican en el mediano plazo. Porque en Argentina siempre aparecen los problemas y a un genio le exigen que los arregle. Y muchas veces estn fuera de control.

—En tus agradecimientos deGolden Boys escribs: «A Martn Caparrs, por la precisin y la paciencia».

—Caparrs era jurado del premio que gan. Como yo no era conocido, a los tres jurados les gust la propuesta, pero no estaban seguros de que pudiera escribir un libro. Entonces, de algn modo, Caparrs fue mi tutor sobre todo al principio, antes de la fundacin del diarioCrtica. Despus tuvimos idas y venidas, me empez a dar menos bola.

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«A cualquiera que le digan ‘sos un genio’ lo perjudican en el mediano plazo. Porque en Argentina siempre aparecen los problemas y a un genio le exigen que los arregle», explica Iglesias Illa.

Miami: la ciudad que oblig a Hernn Iglesias Illa a cambiar de idea

El retrato pblico suele ubicarlo como escritor que cruza deGolden Boys aMiami y aAmerican Sarmiento, y que despus vuelve a cruzar para entrar a la poltica enCambiamos. Cuatro libros que dialogan con un mundo cultural inclinado a la izquierda y que, sin estridencia, pero con fuerza, buscan discutir prejuicios. «Golden Boys, Miami, Sarmiento, Cambiamos: cuatro maneras de decirles a los progresistas que esto ‘de derecha’ no es tan grave», admite entre risas.

«Miami me pareca un escenario, la negacin del mundo: viajar a Miami era admitir la derrota de que a uno ya no le interesaba la vida real y prefera una versin peor, ms simple y menos dolorosa», seala Hernn Iglesias Illa enMiami: Turistas, colonos y aventureros en la ltima frontera de Amrica Latina. Publicado por Planeta en 2010 y de 246 pginas, el libro desmonta la desconfianza del viajero argentino que, en los noventa, vea en Miami la vulgaridad menemista. La tesis inicial es clara. Europa era prestigio, cultura y bohemia; Miami, en cambio, un atajo berreta.

La primera visita de Illa, sin embargo, revienta el prejuicio. Invitado a un congreso sobre tecnologa en 2003, entra al lobby del Hotel Delano, se sorprende con la elegancia del Art Dco. Y no para de sorprenderse. El libro narra con pluma de autor el renacimiento de la ciudad, empujado por la inmigracin latinoamericana y la renovacin cubana, y cuenta escenas conmovedoras como la de un taxista mendocino que canta Piano Man al amanecer de camino al aeropuerto.

El resultado es un retrato detallado de una ciudad que se niega a quedar fija en un estereotipo: «Pronto me di cuenta de que esta polarizacin —Miami como paraso sin tensiones; Miami como nido de ratas— mostraba una parte muy pequea de la historia». Illa encuentra, en cambio, un laboratorio latino en ebullicin, mezcla de ingenuidad y fe en el futuro, que revela ms sobre la regin que sobre la ciudad misma. Miami se lee como un ajuste de cuentas con los prejuicios argentinos y como una pintura coral de la frontera cultural ms vibrante del continente.

Ese mismo impulso de Illa por desmantelar la tirana de los prejuicios enMiamienlaza con el proyecto deSel al que se aboca en la actualidad: una revista digital de anlisis y opinin que toma partido para sumar argumentos «en favor de la democracia liberal y la economa de mercado», tal como se presentan. Bajo la edicin de Iglesias Illa y un equipo de redaccin —Victoria Liendo, Eugenio Palopoli, Diego Papic—, el sitio cruza columnas, perfiles y discusiones gruesas.

La apuesta intelectual de Illa ya estabain toto enMiami: bucear contra los sentidos establecidos y mirar ms all de los lugares comunes, siempre cerca de las bibliotecas y de la elegancia.

—Les dedics el libroMiami a Dalmiro y Magdalena. Por qu?

—S. Lo dedico a mis viejos. La verdad es que tengo que ser muy agradecido. Mi padre representa una historia de ascenso social, pero administrativo, dentro de una empresa. Seguramente quera que yo siguiera una profesin ms clsica, y no fue as. Aunque vean que a m me apasionaba y que me lo tomaba en serio. La mejor manera de que los dems te tomen en serio es tomarte vos mismo en serio. Y yo lo haca. Ellos me acompaaron. El primer libro se lo dediqu a mi mujer; el segundo, a ellos. Mi padre sigue vivo, mi madre muri en 2021.

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Miami se lee como un ajuste de cuentas con los prejuicios argentinos y como una pintura coral de la frontera cultural ms vibrante del continente.

American Sarmiento:escribir como antdoto

American Sarmiento parte de una escena ntima que abre una puerta crtica: los libros como barmetro afectivo y brjula intelectual. «Hogar es donde estn tus libros», cita Iglesias Illa, y a partir de ese enclave propone un juego de espejos entre vida y lectura. La biografa se vuelve mtodo y exploracin para seguir a Sarmiento en Estados Unidos y para seguirse a s mismo en Nueva York.

El libro ilumina dos tesis fuertes. La primera:Viajes, de Sarmiento, como «el primer libro de un latinoamericano sobre Estados Unidos». No slo una bitcora sino un gesto de modernizacin: salir de Francia, entrar en Amrica. El espejo de Sarmiento para pensarse a s mismo es decisivo para Illa.

La segunda: la carta al histrico poltico Valentn Alsina como forma y como dilogo con un «amigo unitario». Iglesias Illa adopta esa voz epistolar —»s que deb escribirte antes […] mi Valentn Alsina»— y muestra a un Sarmiento que, tras la melancola europea, decide «proponer diagnsticos anglosajones y soluciones norteamericanas».

La frase que condensa el viraje es tajante: «Seamos Estados Unidos». Hay conviccin y hay estilo: un Sarmiento lector, polmico y prctico. so queda al descubierto en el libro de Illa. El autor trae esa tica al presente —»ahora escribo desde el corazn de la bestia»— y blinda su libro con una hiptesis que vale en la actualidad: la modernizacin requiere voz, coraje y una gramtica de realidad que no se conforme con consignas.

—Si hoy el experimento de Milei se ofrece como la versin local de aquel impulso modernizador de Sarmiento, qued todo el liberalismo argentino atado a los resultados del gobierno?

—El liberalismo argentino es una entelequia, casi no existe. Siempre fue chico y se lo us de manera negativa. Los progresistas lo ridiculizaron y nunca hubo revalorizacin.

El liberalismo argentino est hecho de personas que no muestran conviccin poltica.sa es la debilidad: no genera pasin. La pasin es no tener pasiones. Con esas armas descargadas se enfrentan al populismo.

En la prctica, el liberalismo que pesa es el econmico. A m lo que me preocupa es quesi Milei fracasa, las ideas del libre mercado y de la sensatez macroeconmica pueden quedar desprestigiadas por una dcada.

Porque el peronismo y Kicillof van a tener hilo para decir «no funciona». Van a aprovechar el ajuste de Milei, la renegociacin de la deuda, incluso si dicen que aument cuando en realidad baj, para justificar polticas equivocadas.

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Iglesias Illa: «Si Milei fracasa, las ideas del libre mercado y de la sensatez macroeconmica pueden quedar desprestigiadas por una dcada»

—Considers que hay una batalla cultural libertaria en marcha? Le importa a la sociedad o slo pesa el bolsillo?

—La respuesta clsica de los politlogos es que importa slo la economa. Yo creo que importa tambin el marco: quines son los buenos y quines los malos.

Nosotros, los «Marcos Peitas», quisimos reemplazar el marco ambicioso del kirchnerismo por el cero marco: «arreglar la zanja». Y, despus, hasta Marcos cambi de opinin. Falt una idea ms profunda de la historia argentina. Un marco conceptual donde anclar nuestras propuestas y el plan de gobierno.

Las dos cosas son importantes: el da a da y el marco narrativo.

—La actividad poltica est cuestionada. Puede recuperarse?

—La clase poltica est cuestionada. Y recuperarse es difcil, porquela sociedad cambi mucho y, los polticos, muy poco.

Uno de los temas centrales es la crisis de autoridad: de la poltica, de las universidades, de los expertos, de los periodistas, de todos. La autoridad daba un orden, un orden que los espritus ms rebeldes siempre buscaron romper, y que ahora lo rompieron las masas.

Nadie sabe cmo volver a meter el gato en la caja. Es un caos. Es el fin del poder, como escribi Moiss Nam hace ms de diez aos. Muchos de mis enfoques parten deEl fin del poder yLa rebelin del pblico, de Martn Gurri, tambin de 2014. Ese libro plantea que hay una revolucin de abajo hacia arriba, ms destructiva que constructiva. Eso genera ms dificultades para los polticos y para cualquiera que intente mantener las ideas bajo control durante mucho tiempo. La opinin mayoritaria se volvi demasiado voltil.

—El contexto cultural, le jug ms a favor a Milei que a Cambiemos?

Milei nunca sinti la presin de ser querido por el progresismo ni por el periodismo. Milei es ms un sntoma del fin de la hegemonawoke que una causa. No es que l rompi el sentido comnwoke, era algo que ya estaba cayendo. Y eso, en parte, le permiti crecer a Milei.

—Conclus que Sarmiento, a diferencia de su amigo Arcos, tena «para compensar el veneno de la vida itinerante, el antdoto de la escritura». A vos tambin la escritura te funciona como antdoto frente al veneno de la vida?

—Para m la escritura ordena mucho mi vida. Aunque tambin tiene su propio veneno: el escritor, de algn modo, toma distancia de su propia vida porque todo lo que experimenta puede convertirse en material para escribir. Es como estar filmando todo el tiempo.

Durante la campaa tena contrato para escribirCambiamos y estaba todo el tiempo «filmando» o registrando. Llegaba a la noche a casa y escriba. Estaba presente en la campaa y al mismo tiempo una parte de mi cabeza estaba grabando desde atrs, como testigo. Eso fue algo que me propuse no hacer explcitamente cuando llegu al gobierno. Por eso desde 2015 apagu la cmara, y no la pude volver a prender.

Igual no puedo separar la escritura de mi vida.

Cambiamos: De Nueva York a la Rosada

En 2014, tras una dcada de trabajo y escritura en Estados Unidos, Iglesias Illa volvi a Buenos Aires con una invitacin concreta para sumarse a la campaa presidencial de Mauricio Macri.

Cambiamos: Mauricio Macri Presidente. Da a da, la campaa por dentropublicado porSudamericanaen 2016 se concentra en la campaa de 2015 y entra como un diario de ruta: das de aeropuertos demorados, plazas colmadas y reuniones que ordenan la estrategia. Un pasaje fija la escena: «Macri est en la caja de una pick-up, en el centro de Formosa, rodeado de un ramo de brazos como estambres que lo buscan y se quieren acercar a l». El texto cultiva el clima de un diario que ser tanto registro ntimo como documento poltico.

Iglesias Illa describe el laboratorio de campaa ubicado en Balcarce 412, los equipos en formacin y las primeras ideas-fuerza: continuidad o cambio como eje central, la construccin de cercana a travs de los «mano a mano», y la nocin de que la eficiencia de gestin deba incluir sentimientos: «Tenamos que comunicar ms sentimientos y pensar primero en lo humano y despus en la solucin de gestin», escribe Illa.

El libro est narrado con entradas escritas al calor de cada jornada de 2015, desde el lunes 2 de marzo hasta el domingo 22 de noviembre, cuando Macri se convierte en presidente electo: «No slo ganamos la eleccin y pusimos al nuevo presidente de la Argentina, nos decimos, tambin lo hicimos con buenas armas y con buena gente. Lo hicimos con gente que se tiene cario ms all del ocasional chispazo territorial o argumental, que cree firmemente en lo que hace —cree en el candidato, cree en la estrategia— y que ha tenido paciencia y conviccin para ver cmo muchas de las cosas en las que creamos hace meses o aos terminaron dando frutos o confirmadas por la realidad».

Esa estructura convierte a Cambiamos en una bitcora que alterna incertidumbre y confianza, intuiciones fallidas y aciertos sorpresivos, la intimidad de un equipo y el vrtigo de la historia en movimiento. Con estilo confesional y narracin gil, Iglesias Illa logra perfilar la vida interna de una campaa que eligi la disciplina sobre el golpe de efecto, y que termin cambiando para siempre la poltica argentina.

Luego de la victoria electoral, en 2015, Hernn Iglesias Illa asumi como subsecretario de Comunicacin Estratgica en la Jefatura de Gabinete. All trabaj, sobre todo, el puente entre gestin y discurso, y aprendi que lograr la atencin de la ciudadana nunca es un trmite. Al contrario, puede ser la clave.

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Con estilo confesional y narracin gil, Iglesias Illa logra perfilar la vida interna de una campaa que eligi la disciplina sobre el golpe de efecto, y que termin cambiando para siempre la poltica argentina.

—EnCambiamos conts tu amistad con Marcos Pea y su capacidad para generar dilogo y ordenar equipos. Analizs que figuras como Macri, Bullrich o incluso Milei necesitan a alguien con ese perfil cerca?

—Una cuestin es la capacidad para armar equipos y otra es la cuestin estratgica. Son planos distintos.Marcos Pea le hace falta a cualquiera, bsicamente.

Es una «unpopular opinion»[opinin impopular] hoy en la poltica argentina, porque tanto el milesmo, el kirchnerismo, e incluso el larretismo, repiten que Marcos Pea tuvo la culpa de mil cosas y se exagera mucho. Es parte del trabajo de ser jefe de Gabinete el de cargar con responsabilidades.

De hecho, las reas donde Pea ms influy —transparencia, relaciones internacionales, vnculo con los medios— fueron reconocidas como aspectos positivos de la presidencia de Macri. En economa, en cambio, su incidencia fue mucho menor.

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Iglesias Illa: «Marcos Pea le hace falta a cualquiera»

—Seals que veas al PRO como un partido capaz de parecerse al PSOE de Espaa o al Partido Demcrata de Estados Unidos. Con Milei en el poder, segus considerando al PRO en esa tradicin?

—El PRO siempre tuvo una vertiente ms conservadora, otra ms liberal y una territorial y pragmtica.Fue un partido con proyecto de poder, abierto a alianzas con personas que no pensaban igual. En parte, el acuerdo con La Libertad Avanza tambin se explica por eso.

Haba un espritu de poca: el ascenso de Obama, de Macron. Queramos reflejar ese clima, una especie decentrismo liberal. Eso ayudaba tambin a darle homogeneidad a Cambiemos.

—»No debemos ser anti nada. Si nos gorilizamos, perdemos», cits a Duran Barba durante la campaa de 2015. Observs que el milesmo se goriliza actualmente?

—Ellos dicen que son antikirchneristas.Y Milei se cuida mucho de no hablar mal del peronismo. En ese sentido, tiene clara la diferencia entre kirchnerismo y peronismo.

Los kirchneristas sostienen: «El peronismo somos nosotros». Entonces, si alguien habla mal del kirchnerismo, habla mal del peronismo. Aunque hay algo sobreactuado en esa apropiacin. Como dira Pablo Semn, citan a Pern, pero no es real.

Es cierto que ahora el antikirchnerismo de Milei es ms explcito. Para m siempre lo fue, aunque en 2023 se recordaba ms el discurso de la casta. Ah oper una mala lectura:el repudio a la casta no fue una condena homognea a la poltica, sino la idea de derrotar al kirchnerismo. Al mismo tiempo, sealaba que Juntos por el Cambio ya haba fracasado y que sus «palomas» no queran transformar.

—Cul fue el mayor desafo de comunicar las polticas pblicas del gobierno de Macri?

—Al principio, el desafo era que la estrategia de comunicacin todava estaba demasiado atravesada por el clima electoral. Yo trabajaba en el nexo entre poltica pblica y equipo de comunicacin, y me pareca quea Durn Barba le costaba entender que haba que explicar las cosas.

Eso despus cambi, pero cuando cambi fue para atajar penales, porque la situacin econmica ya estaba complicada.

Se deca que el gobierno «comunicaba mal».Considero que se comunicaba muy bien, en muchos aspectos. En poltica pblica se podra haber hecho ms, aunque se subestima lo difcil que es lograrla escucha.

Por ejemplo: nos reunamos con empresarios cuando discutamos tarifas. Todos decan que haba que subirlas. El clima era muy contrario. Y sugeran: «Por qu no ponen un cuadro mostrando lo poco que se paga?».Mucha gente cree que un cuadro influye en millones de personas. No es as.

No alcanzaba con ir una vez aA dos voces con un cuadrito y pensar que el problema estaba resuelto.Nosotros fallamos en ser ms didcticos. Falt explicacin, plantear debates y animarse a temas incmodos.

Aunque, en general, la comunicacin fue bastante exitosa: el gobierno termin con 40 puntos y con las plazas llenas. La supervivencia de Juntos por el Cambio qued asegurada. Eso fue clave: si hubiramos sacado menos puntos, la oposicin a Alberto Fernndez habra sido mucho ms dbil.

—Desde el PRO cul es la mejor forma de ayudar al gobierno de Milei?

La mejor manera de ayudar al gobierno es apoyar el plan econmico.

Tambin alguien debera ayudarlo a ordenarse polticamente.Pero el PRO no tiene voz en eso: no le prestan atencin. Existe esa sensacin rara dentro del PRO ms puro. Porque se est a favor de la poltica econmica, incluso en cuestiones difciles como los vetos a las leyes jubilatorias,aunque en el plano poltico lo que predomina es el desconcierto respecto de la mirada de LLA sobre el PRO.

—Cul es entonces el futuro del PRO?

—Para el PRO la etapa que comenz con el gobierno de Milei es muy nueva.El PRO naci con un proyecto presidencial: llevar a Macri a la Casa Rosada. Lo consigui, gobern cuatro aos y despus tuvo dos decentes candidatos presidenciales, Patricia y Horacio, que representaban perfiles complementarios. La mayor parte de la dirigencia se encolumn detrs de uno o de otro y pareca que el proceso estaba en marcha.

De hecho, las dos candidaturas presidenciales de Juntos por el Cambio en 2023 fueron del PRO puro. Ninguno gan y los dos se fueron del partido. Eso gener una crisis.

A principios de 2024 hubo una asamblea en la que se vot una propuesta de Patricia para fusionar el PRO con LLA, que perdi por 90 a 10. Despus, un grupo de dirigentes le pidi a Macri que asumiera como presidente del partido. En rigor nunca lo haba sido formalmente, aunque acept para ordenar una transicin y encarar un recambio generacional.

Al principio del gobierno de Milei, el PRO ensay una postura ambigua entre apoyo y recelo. Ese diagnstico se corrigi despus de la eleccin portea, cuando se entendi que la sociedad quera apoyar a Milei porque se buscaba evitar un regreso del kirchnerismo. se fue el pico de popularidad de Milei, en un contexto de crecimiento econmico.

Hoy los votantes han perdido entusiasmo, aunque los dirigentes quedaron atados a los acuerdos que firmaron en ese momento de apogeo. Por eso,no se observa a los dirigentes del PRO participando demasiado en la campaa.

En el crculo rojo, en cambio, hay una fuerte presin: le dicen a Milei y a Macri que deben juntarse y apoyarse mutuamente.El problema es que la relacin est mal. Se prometieron tantas cosas que no se cumplieron que ahora surge la desconfianza. Quizs despus de la eleccin de octubre se pueda barajar y dar de nuevo.

La idea es apoyar al gobierno en su momento ms dbil para evitar el riesgo del retorno del kirchnerismo. Y despus, volver a construir un perfil propio y armar una candidatura presidencial, ya sea en unas PASO con LLA o por afuera.

Si el PRO quiere durar medio siglo, tiene que asumir que hay momentos altos y bajos. No puede estar arriba todo el tiempo. Hay que acostumbrarse a convivir con esa orfandad sin perder identidad ni funcionamiento interno.

Puede el PRO convertirse en un partido grande? S, pero siempre juntndose con otros. Dudo de que LLA pueda crear un interbloque, por su forma de tratar a los aliados. El bloque de Cambiemos dur 10 aos y funcion como una seda: nadie vot por fuera de la lnea. Aunque algunos hicieran declaraciones crticas, en el recinto, votaban unidos.Hoy LLA es un caos.

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«Milei se cuida mucho de no hablar mal del peronismo», concluye Iglesias Illa.



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