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Uruguay cerr su ciclo electoral apegado al centro poltico y con liderazgos en construccin

El largo ciclo electoral del Uruguay -que empez en el invierno del 2024 con las internas obligatorias en los partidos, sigui con las presidenciales y termin este otoo con la eleccin de los gobiernos departamentales (provinciales) y los alcaldes municipales- depar ms de lo mismo: dividido virtualmente en dos bloques, en las ltimas dcadas el pas ha oscilado unos grados a la derecha o a la izquierda a partir de un eje firmemente asentado en el centro poltico.

La novedad, en todo caso, son algunos liderazgos que seguirn en construccin en los prximos aos sobre la base de estos mismos cimientos.

El captulo ms importante de este ciclo tuvo, como desenlace de la segunda vuelta electoral de noviembre pasado, el regreso al poder de la coalicin de izquierdas Frente Amplio, despus de cinco aos de un gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, quien estuvo respaldado por otros cuatro partidos (Colorado, Independiente, Cabildo Abierto y de la Gente, hoy virtualmente desintegrado), todos, un poco menos o un poco ms, inclinados hacia la centroderecha poltica.

En los 15 aos anteriores el Uruguay fue presidido por Tabar Vzquez (2005-2010 y 2015-2020), quien falleci en 2020, y por Jos Pepe Mujica (2010-2015), que acaba de morir: son dos figuras de un «progresismo» moderado con niveles de carisma y popularidad que, por ahora, no alcanzan otros.

En 2023, el Frente Amplio haba perdido a otro referente importante, el ya octogenario Danilo Astori, quien como ministro de Economa y vicepresidente de la Repblica carg con la responsabilidad de garantizar la estabilidad macro en esos gobiernos.

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Pepe, Orsi y Pacha

La biologa ha empujado a una renovacin obligada dentro del Frente Amplio, un partido con medio siglo de vida que agrupa al centroizquierdista Movimiento de Participacin Popular (MPP) creado por ex «tupamaros» como Mujica, a sectores algo ms radicales -como los socialistas y los comunistas-, ademocristianos y a otros sectores menores.

Mujica muri de cncer hace pocos das, el 13 de mayo, casi con 90 aos, en su modesta chacra en una zona rural de Montevideo en la que vivi tambin siendo presidente, una sea de austeridad nada impostada. Enfermo desde haca ms de un ao, dedic sus ltimas energas a respaldar en la campaa electoral del 2024 -personalmente y con el MPP- a Yamand Orsi. Y tuvo xito poltico; Orsi, un profesor de Historia sin tanto vuelo intelectual como l pero cercano a la gente que hizo carrera como intendente (gobernador) de Canelones, el segundo departamento en importancia despus de Montevideo, derrot en el balotaje de noviembre a lvaro Delgado, el delfn de Lacalle Pou, y asumi como presidente el pasado 1 de marzo.

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Yo vengo del sur: el legado de Pepe Mujica

Ahora desde la primera magistratura, el de Orsi es un liderazgo que todava debe afianzarse al mismo tiempo que gobierna con varios desafos por delante. Si bien el pas goza de una buena reputacin -porque cambian los partidos en el mando pero hay una relativa continuidad en la poltica econmica, porque los contratos se cumplen y porque la Justicia funciona-, la economa del Uruguay ha crecido apenas un 1% anual en promedio en la ltima dcada, la tasa de inversin es modesta (en torno a 16% del Producto Interno Bruto) y la productividad est estancada, mientras persisten brechas sociales y la delincuencia -ltimamente ms violenta, vinculada al narco- encabeza las encuestas sobre las preocupaciones de los uruguayos y copa los extendidos noticieros de la televisin local.

En torno a Orsi hay otras figuras ascendentes en el mapa poltico oriental. Alejandro Pacha Snchez, con 45 aos recin cumplidos, y despus de haber sido legislador y discpulo poltico de Mujica, hoy es su mano derecha como secretario de la Presidencia. Quienes saben de su capacidad negociadora e inteligencia, tempranamente, ya lo proyectan como un eventual candidato frenteamplista para las elecciones del 2029.

Escuchando a Pacha Snchez y a algn otro dirigente fue que Orsi decidi entregarle la gestin econmica de su gobierno a Gabriel Oddone, un reconocido ex consultor empresarial de 61 aos autodefinido como «socialdemcrata» o «liberal de izquierda», votante del Frente Amplio pero independiente, que es visto con desconfianza por los sectores ms radicales del partido. Desde el cargo de ministro de Economa -su primera incursin en la funcin pblica-, Oddone proclama la necesidad de consolidar los equilibrios macro e impulsa una agenda «procrecimiento» con «inclusin social» que requerir mucha articulacin interna.

El peso poltico de la nueva administracin recae en menor medida entre algn otro miembro del gabinete ministerial y en figuras como la vicepresidenta de la Repblica -y cabeza del Senado- Carolina Cosse, una ingeniera que antes fue ministra de Industria e intendenta de Montevideo (2020-2024), y perdi la eleccin interna del Frente Amplio ante Orsi. Con mayora en la Cmara Alta pero no en Diputados, el oficialismo est obligado a negociar votos con la oposicin.

Otro funcionario influyente de la Torre Ejecutiva -la sede del Poder Ejecutivo, frente a la turstica Plaza Independencia- es el prosecretario de la Presidencia y ex fiscal de Corte, Jorge Daz. A este hbil y meditico abogado, debutante en la poltica, algunos le atribuyen ambiciones de llegar ms alto.

Lacalle Pou y los colorados

El poltico del ala derecha con ms fuste hoy es, sin discusin, Lacalle Pou. Termin su mandato en febrero pasado con casi un 60% de aprobacin ciudadana, como si el natural desgaste que implica ejercer el poder -con una pandemia, una histrica sequa y algn escndalo de corrupcin en su entorno de por medio- no hubiera ocurrido para l.

Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay
Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay

Sin la posibilidad de la reeleccin presidencial, con 51 aos que muestra juveniles surfeando o circulando en patineta por las calles, Lacalle Pou es el candidato «cantado» del Partido Nacional para el 2029, aunque l solo responde con una sonrisa canchera cuando le preguntan por ese posible escenario a futuro. Acaba de ser presentado como senior fellow del liberal Centro de Estudios para el Desarrollo (CED); desde all mantendr entrenada la oratoria mientras, en segundo plano, pone en juego su liderazgo dentro de un espectro de la derecha algo desbalanceado.

El Partido Colorado es el que ms veces gobern el pas, la ltima en 2000-2005, presidido por Jorge Batlle (quien, entrevistado para la televisin en medio de una brutal crisis bancaria en 2002, se le escap decir que «los argentinos son una manga de ladrones, del primero al ltimo»). Los «colorados» salieron muy debilitados de aquel perodo y han procesado una lenta renovacin; los senadores Andrs Ojeda y Pedro Bordaberry, el primero haciendo desde este ao su primera experiencia en el Parlamento y el segundo volviendo a la poltica tras una larga pausa, disputan el liderazgo. Aunque cada vez ms alejado de las estructuras partidarias, el expresidente Julio Mara Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), con 89 aos, sigue siendo una voz de peso.

La geografa poltica

La descripcin topogrfica del Uruguay como una «penillanura levemente ondulada» aplica tambin para su historia poltica contempornea. En las ltimas dcadas los movimientos han sido suaves porque las simpatas de los votantes estn repartidas en dos grandes bloques; por un lado, el Frente Amplio. Por otro, los partidos de centroderecha, que en un futuro podran terminar integrados bajo el lema «coalicin republicana» (as se presentaron algunos candidatos en las elecciones departamentales de este 11 de mayo).

Otra mirada de esta geografa poltica muestra que el Frente Amplio es la principal fuerza desde hace dcadas en Montevideo, tambin gobierna en el sureo Canelones y en las elecciones de este mes perdi la intendencia de Salto pero gan la de Ro Negro, ambos departamentos limtrofes con la provincia de Entre Ros. Este sbado 17, despus de casi una semana de incertidumbre finaliz el conteo de los votos «observados» y se confirm que, por apenas 95 votos de ventaja, tambin triunf en Lavalleja, tras sucesivas administraciones del Partido Nacional desde 1990.

Pero los «nacionalistas» o «blancos», con una raz ruralista, predominan en el interior ms profundo —donde los caudillismos locales tienen mucho peso— salvo en Rivera, un bastin «colorado» en la frontera con Brasil.

As, respecto a la eleccin previa, esa topografa se movi poco en este cierre del ciclo, cuando se eligieron los intendentes y las juntas legislativas de los 19 departamentos, adems de 136 alcaldes municipales: en nmeros totales, el Partido Nacional pas de 15 a 14 intendencias, el Frente Amplio creci de 3 a 4 y el Partido Colorado retuvo una.

«Los cambios son pocos y, adems, son previsibles. Eso es un rasgo de un sistema de partidos con un alto nivel de institucionalizacin», reflexion el politlogo Daniel Buquet en declaraciones recogidas en la ltima edicin del semanario «Crnicas».

Estos comicios departamentales volvieron a poner en el ruedo a Carlos Enciso, un poltico conocido por los argentinos por haber sido hasta hace poco el embajador uruguayo en Buenos Aires; desde el 10 de julio ser el intendente de Florida. Maldonado, frecuentado por los miles de argentinos que recalan por Punta del Este, sigue en manos «blancas»; al departamento lo gobernar Miguel Abella, delfn del caudillo Enrique Anta, a quien las normas le impidieron volver a postularse tras dos mandatos consecutivos.

En una columna publicada en la revista «Bsqueda», el politlogo Adolfo Garc seal que esta eleccin departamental «aport nueva evidencia sobre lo difcil que es desafiar al poder poltico en cada uno de los 19 departamentos» y marc que la tasa de reeleccin pas de 63,6% en 2020 a un 77,7% ahora.

Su enfoque es crtico. «Uruguay tiene la mejor democracia de la regin. Pero esto no debe impedir que nos tomemos en serio lo que no funciona bien. El segundo (nivel de) gobierno est mal diseado», entre otras cosas porque «no es tan difcil ser reelecto intendente» o su «heredero suele ser electo». La oposicin es «dbil» ya que los candidatos desafiantes «no tienen un nicho institucional potente a partir del cual construir una propuesta alternativa a la del poder vigente. En todos los casos, a los intendentes es preferible tenerlos de amigos que enfrentarlos. Adems, suelen estar dispuestos a ayudar a sus fieles con todos los medios a su alcance, a menudo, sin reparar en costos o restricciones legales», afirm Garc, aludiendo a casos recientes de presunta corrupcin —como el del reelecto intendente de Soriano, el «blanco» Guillermo Besozzi, en prisin domiciliaria hasta horas antes de la eleccin del 11 de mayo— que, en el estable Uruguay, cada tanto, tambin salen a la luz.



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