Son 32.741 los argentinos trabajando como formales en Uruguay: 31% de todos los extranjeros

Desde el 2021, en el Uruguay el número de nacimientos cada año es menor al de las defunciones, un inquietante fenómeno demográfico que ha tenido cierta compensación con la llegada de inmigrantes, en particular de venezolanos y argentinos, según los datos preliminares conocidos hasta ahora del censo poblacional hecho en 2023.
Desde el anterior censo (2011) se radicaron en el Uruguay unos 13.600 argentinos, con algunas mudanzas muy notorias, como la de los empresarios Marcos Galperin (MercadoLibre) o Martín Migoya (Globant). Pero todavía no se sabe cuál es la cifra total de migrantes, ni cuántos de cada procedencia.
Un reciente estudio del Banco de Previsión Social (BPS) del Uruguay mostró que, entre los extranjeros que trabajan registrados formalmente, los argentinos son los de mayor peso: 32.741, en un total de 93.689 (31%) a fin del año pasado.
- En 2017 eran 8.916, por lo que fue de un 37% el aumento en el número de argentinos cotizando a ese instituto gubernamental encargado de recaudar los aportes jubilatorios y de pagar prestaciones pasivas, así como subsidios por desempleo o enfermedad.
La segunda nacionalidad en importancia entre los extranjeros cotizantes al BPS fue la venezolana, con 14.487, 218% más que en el 2017.
Los cubanos fueron los que más crecieron tanto en números absolutos como porcentuales en ese período: los trabajadores de esa nacionalidad inscriptos en el sistema de seguridad social oriental pasaron de 2.625 a 14.007, 434% más.
Entre los extranjeros que figuran en los registros como activos formales siguen los brasileños (10.034), los peruanos (2.834), los colombianos (2.331), los dominicanos (1.776), los españoles (1.729), los estadounidenses (1.483), los chilenos (1.409), los indios (811), los bolivianos (349), los mexicanos (731) y los italianos (631).
Los europeos de esta lista fueron los únicos que disminuyeron al comparar con el 2017: 37% los españoles y 29% en el caso de los italianos.
Al BPS también aportaban al cierre del año pasado 5.996 migrantes de otras nacionalidades.
Casi ocho de cada diez extranjeros inscriptos en la seguridad social se desempeñaban en actividades comerciales, industriales y de servicios.
El análisis, recogido en la última edición de la revista semanal Búsqueda, resalta que cerca del 50% del aumento total de los cotizantes durante el período analizado «se ha compuesto de trabajadores migrantes, destacando su significación en el mercado laboral uruguayo actual».
El BPS tenía registrados a aproximadamente 1,6 millones de trabajadores; el empleo informal o «en negro» en el Uruguay está estimado por el Instituto Nacional de Estadística en torno al 21%.
Empleo migrante
En Uruguay no se requiere un «permiso de trabajo», y la condición de residente es lo que habilita a las personas migrantes a realizar la actividad laboral de forma dependiente o independiente bajo la protección de las leyes laborales del país.
Para todas las situaciones el empleador debe hacer los registros ante el BPS, así como tramitar el seguro de accidentes laborales.
Tiene que registrar al empleado migrante mediante la cédula de identidad (en el caso de que tenga) o, con carácter provisorio, con el número de documento de su país de origen (de países integrantes del Mercosur o documentos uruguayos fronterizos).
También se admite el pasaporte entre las personas originarias de países extranjeros no pertenecientes al Mercosur, como también a integrantes de sociedades que no residen en el país o los trabajadores que se acojan al régimen de traslado temporario, previstos en la legislación nacional o en convenios internacionales.
Si bien es posible dar de alta en una empresa a un trabajador con documento extranjero, la persona no podrá acceder a la afiliación mutual y a las prestaciones de actividad hasta no contar con la cédula de identidad uruguaya registrada ante el BPS (con el documento fronterizo como la única excepción), repasa el informe.